Ayer, 25 de Septiembre, se celebró en Catalunya la última corrida de toros.
El día 1 de enero de 2012 entrará en vigor su prohibición en Catalunya de acuerdo a lo aprobado en julio de 2010 por el Parlamento de esta autonomía.
Muchas veces he hablado con un amigo mío sobre dicha prohibición. Hablamos sobre su prohibición a nivel global (en toda España) y aunque estemos en desacuerdo en ciertos puntos, coincidimos en uno fundamental:
¿Qué pasaría con el "toro bravo" si se prohibiera en toda España?
Los "toros bravos" o "de lidia" existen actualmente para dicho fin: la tauromaquia. Y si se lleva a cabo la prohibición, esta "raza de toros" dejaría de existir. Y aunque no me guste ese panorama, ¿quién va a criar toros de lidia si ya no existe la lidia?
Yo opino que, mientras se pide la prohibición, se pida también protección para que esa raza de toros no se extinga. Me parece triste que los antitaurinos solo piensen es prohibir y no en proteger a la vez que se manifiestan.
Por mi parte, quiero la prohibición, pero también la protección de los toros.
Porque no es racional pagar para ver como torturan y matan a un animal indefenso... torturarlo y matarlo para gusto de los espectadores... ¿y que hacen después con ese pobre toro? Porque tengo entendido que ya no lo utilizan como alimento desde que pasó lo de las tan famosas "vacas locas".
Y ahora ha llegado mi momento de despotricar:
Se cree muy chulo, el torero con su capa y su espada... tan chulo que se pone delante de un toro al cual han drogado y torturado antes de salir al ruedo... tan chulo que los banderilleros tienen que clavarle, al menos, 8 banderillas para que empiece a desangrarse... Si, son muy valientes, y muy chulos... Se hacen llamar a si mismo "artistas" o "maestros" (sin comentarios)...
Se que algunos pensaréis que peco de demagogia al criticar este "arte de tradición centenaria" y comer carne. No penséis que no pienso en esos animales de granja, apiñados, explotados, engordados, sin ver la luz del sol ni siquiera un día en su vida, porque no es así. Por mucho que me duela, tengo que comer carne, ya que soy carnívora (y la verdad es que no comería tanta si no fuese porque me dan de comer siempre carne... quien me conozca lo sabe de sobra).
Pero se la triste realidad, los que trabajan en la matanza de los animales para la alimentación no les gusta ese trabajo. Muchos dicen que es horroroso y que no le desean ese trabajo a nadie. Esas personas no tienen a nadie que los aplauda, ni que los glorifique, ni que los lleven en hombros cuando salen de trabajar.
Esas personas no tienen esa satisfacción personal que tiene los toreros cuando matan a un toro.
Desde mi punto de vista, la tauromaquia tiene muy poca cabida en la sociedad de hoy en día. Y afortunadamente, muchos son los que piensan como yo.
Para que no se repitan estas tan desagradables imágenes:
Ni interés, ni arte, ni cultura...
«La tortura de un ser vivo no puede ser una actividad cultural»
