Si persigues a un hurón, solo encontraras un ángel y si buscas a un ladrón, encontraras un hurón con su guarida secreta.
Cuando dices: "no tengo ningún tesoro en casa" ¿has mirado bien?

Quiero que me hables, de corazón. No quiero que respondas a mis palabras, ni que me afirmes, quiero escuchartelo decir a ti, que te salga del corazón. Quiero que me digas: "Te quiero"
Quiero que me abraces, que me beses... que hagas todo aquello que se le hace a la persona amada. Quiero sentirme amada.
No quiero mirar de reojo a las otras parejas, añorando nuestra época de romanticismo. No quiero sentirme celosa. No quiero añorar nuestro pasado.

Hay momentos en los que nos ponemos a decir cosas y soltar frases que solo quedan en eso, en simples palabras, cosas que nunca pasaran a hechos, que no se haran realidad por mucho que las repitamos, las pensemos y las digamos.
¿Porque, aunque mucho que grite, nadie me escucha?
Me guardaré mis opiniones, mis sentimientos... Las cosas que para mi son importantes, pues no encuentro en nadie oidos que me escuchen o me atiendan.

Palabras que se lleva el viento

Las palabras se las lleva el viento como los dolores que azotan a la razón, mi pequeño mundo inquieto desata cólera en mi interior. Que sea cierto lo intenso, orales presentimientos de inacabadas estructuras, las palabras siguen el viento. Hoy contrato bajo mi almohada pacto de silencio envuelto, arrodillarse y suplicar a ese viento que me devuelva mis verbos. No hay ley escrtia ni formal, las frases acumuladas encierran silencio, una mirada casual impacta en lo que debería ser cerebro. Las palabras que se las lleve el viento, yo y yo me quedo con los sentimientos, mi almohada y mi cerebro. (Federico Garcia Lorca)