Tenías un problema de desnutrición, ya que al ser la más pequeñita tus hermanas no te dejaban comer.
Eras taaan pequeñita, que para llevarte a casa te metimos en un monederito, con un trozito de papel del baño para que estuvieses cómoda.
Me acuerdo, que los primeros días que pasaste conmigo los pasaste en una cajita de coser... y luego, cambiaste de casa tres veces de lo grande que te ibas poniendo... Tu última casa... fue la última casa de tu compañero hamster Ritzzo... Mi pobre Ritzzo... no me pude despedir de el...
Te convertiste en la dueña de casa. Ibas por toda ella a tu antojo y dormías en donde te placía...
Me acuerdo de buscarte por todos lados y que Jose levantase el sofá y encontrarte dormida debajo... me acuerdo de todas las veces que tuvimos que mover la nevera para sacarte de allí...me acuerdo del desconcierto que tenía todos los días al ver la escobilla en el suelo y, al final, darme cuenta de que lo hacías tu para beber y no tener que volver a la jaula...
Me acuerdo de tantas cosas... algunas tristes, pero la mayoría buenas.
Me acuerdo de tu triste adiós... en mis manos... nos mirábamos impotentes sin saber que hacer... únicamente podía decirte palabras bonitas antes de que te fueras...
Siento no haber llegado antes... siento haberme equivocado de animal al que salvar... Lo siento en el alma...
Porque he tenido muchos compañeros animales, pero tu eres la primera que se ha ido en mis manos...
Espero que no hayas sufrido mucho en tu despedida... Y te pido porfavor que busques a Ritzzo en el Arco Iris... se fue cuando tu eras pequeña, pero seguro que lo recordarás, busca al hamster ruso más grande.
Siempre estarás en mi corazón, y añoraré el no verte seguirme cuando entraba en la cocina... Tu casa ahora esta vacía... y espero que te guste la nueva que te he preparado para que puedas descansar en paz.
Te quiero.
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